Milagros

Los milagros te rodean en todo momento. Dios te llena de bendiciones; sin embargo, ¿por qué te empeñas en ver sólo lo que no tienes? ¿Sólo lo que te hace falta? Si al irte a dormir te dedicaras a contar únicamente las bendiciones que recibes te darías cuenta que eres un ser privilegiado, bendecido por Dios.

La vida misma ya es un milagro. La capacidad de respirar es otro milagro. Cada célula que compone tu organismo es otro milagro. Y con tu fe puedes también ser generador de milagros, para ti y para otros. Jesús, un día, multiplicó unos cuantos panes y peces para alimentar a una multitud. ¿No lo hace ya contigo en este momento?

Tres son los requisitos para darte cuenta y abrirte a recibir el torrente de milagros que ya son en ti y las bendiciones que Dios derrama en tu vida y en la de tus seres queridos:

1. Cree, ten fe.
2. Deja de preocuparte.
3. Afirma.

1. Cree en Dios, pero también cree en ti. Si Dios te hizo a imagen y semejanza suya, ¡imagínate su Amor por ti! Es un amor Divino, infinito. En el momento en que despiertes debes saberte meredor de Su amor y darle tu Amor en consecuencia. Al decir: Soy el bendito hijo, la bendita hija, de Dios, estás reconociendo en ti a tu Creador. Tú le perteneces, por supuesto que cuida de ti, te guía y te da a manos llenas lo que un Padre le da a su hijo, a su hija. Al reconocer el AMOR en ti podrás generar AMOR por los demás y bendecir a tus seres queridos y a los no tan queridos (ése es el reto diario). Al bendecirlos generarás un círculo de amor y ello atraerá los milagros más sorprendentes a tu vida.

2. Dios solamente quiere que seas feliz. Te da lo necesario para cumplir con tu Misión Divina. Él es tu proveedor, no te faltará nada. Eso sí, tú también tienes que poner de tu parte y hacer lo que te toca, pero sin quejarte, sin preocuparte. La preocupación tiene una raíz que se llama miedo y éste es lo opuesto al amor. Es un rechazo al amor. Si vives en constante preocupación es como si negaras la omnipotencia de Dios y no lo dejaras actuar en tu vida. Si en este momento algo te preocupa, déjalo en manos de Dios y ríndete a su Amor. Cuando cambias el miedo por el amor entonces verás los milagros suceder en tu vida. Es muy probable que sólo quieras ver lo que tú crees es mejor para ti, pero Dios tiene un plan Divino y Perfecto, puede ser que el milagro que te dé sea mejor que lo que tú esperas obtener. Ríndete al Poder Divino y deja que Dios se lleve tus angustias, tus preocupaciones y te colme de bendiciones. Recuerda, Él sólo quiere que seas feliz, déjalo actuar en tu vida, deja que se lleve tus pesares y los cambie por bendiciones de alegría y serenidad.

3. Afirma, ten seguridad de que Dios está contigo aunque pienses que no es así, aunque creas que no te responde. Sí te responde, pero a su manera. Él es Dios. Sí está contigo, pero a veces, tú te encierras tanto en ti mismo que no aceptas el Amor, y Dios que es el Amor mismo se te hace presente a través de toques amorosos, de detalles sutiles, de muestras de su amor inmenso. Deja de pensar que no lo mereces, que a ti nunca te escucha o que te ha olvidado. Coloca eso en primera persona y cuestiónate: ¿no será que eso es lo que haces tú? Desecha los pensamientos negativos y las actitudes conformistas o de derrota. Dios no te puede abandonar, eres su obra perfecta y tienes una misión que cumplir, así que ten la seguridad que estás aquí para realizarla y realizarte. Afirma frente al espejo: ¡En Dios todo lo puedo! ¡Nada es imposible para Dios!

Practica estos 3 pasos diariamente, cada hora del día y antes de dormir, cuenta las bendiciones que recibas, lo bueno que te pase, y verás que son muchos los milagros que están sucediendo en tu vida ahora. Te invito a que los compartas en los comentarios de esta sección.